Imagina que estás enviando una carta súper secreta a tu amigo. Quieres asegurarte de que nadie más pueda leer lo que escribiste. Así que decides poner tu carta en una caja mágica que solo tu amigo pueda abrir. Ahí, la caja mágica sería como el certificado SSL.
Cuando visitas un sitio web, a veces necesitas enviar información importante, como un nombre de usuario o una contraseña. Pero, como en la carta, quieres asegurarte de que nadie más pueda ver esa información. Aquí es donde entra el certificado SSL.
El certificado SSL es como una caja mágica que ayuda a proteger esa información.
Cuando tu computadora (o tablet o celular) se conecta al sitio web, el certificado SSL asegura que la información que envías esté codificada, como un mensaje secreto.
Solo el sitio web puede descifrar ese mensaje, ¡como si tu amigo pudiera abrir la caja mágica!
Entonces, el certificado SSL es como una capa de magia que protege tus mensajes y asegura que solo la persona adecuada pueda entenderlos.
Cuando ves un candado en la barra de direcciones del navegador o "https://" en tu dominio web, ¡sabes que la magia está funcionando y tu información está segura!
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